El aceite de oliva, conocido cariñosamente como el "oro líquido", es una maravilla culinaria que ha adornado mesas desde tiempos antiguos. Desde la Grecia antigua hasta la moderna cocina gourmet, este elixir ha sido un testimonio de sabor, salud y cultura. Pero más allá de su sabor y su versatilidad, el aceite de oliva esconde misterios. Uno de esos misterios es su densidad, una característica que, aunque puede pasar desapercibida, dice mucho sobre su calidad y autenticidad.
¿QUÉ DENSIDAD TIENE EL ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA?
Para entender verdaderamente el aceite de oliva, hay que sumergirse en su composición y características. La densidad, que refleja qué volumen ocupa un peso determinado de aceite, es una de esas características. Esta relación varía con la temperatura del aceite y por este motivo, para comparar densidades de diferentes aceites, es importante fijar una temperatura de referencia. Así, la densidad característica del aceite de oliva virgen extra a 20ºC de temperatura oscila entre 0.910 y 0.916 kg/L.
La densidad aparente tiene más que ver con el tipo de aceite vegetal en cuestión y no con tipologías dentro de un mismo tipo vegetal. Así, por ejemplo, a la misma temperatura de 20ºC el aceite de girasol oscila entre 0.920 y 0.925 kg/L, el aceite de cacahuete 0.917 a 0.920 kg/L y el de soja entre 0.921 y 0.924 kg/L.
¿QUÉ PUEDE MODIFICAR LA DENSIDAD DEL ACEITE DE OLIVA?
La principal causa de variaciones medibles de la densidad aparente del aceite son la presencia de restos de humedad y sólidos en suspensión, debidos a un proceso insuficiente de clarificación del aceite durante su paso por la almazara y la bodega.
Sin embargo, la principal causa para que un consumidor perciba como más o menos denso un aceite, ya sea cuando se lo pone en la boca, o cuando lo escancia sobre un alimento para cocinarlo, es la temperatura a que se realiza dicha acción. En efecto, si el aceite está frío parecerá que es más denso y con menor tendencia a fluir, mientras que si está caliente parecerá muy fluido, siendo exactamente el mismo producto.
¿EL ACEITE DE OLIVA DENSO ES DE MEJOR CALIDAD?
Absolutamente NO. Como hemos dicho, la percepción de densidad se debe principalmente a la temperatura de servicio y se trata de una sensación subjetiva en el paso de boca del aceite o cuando se escancia sobre los alimentos. La calidad no tiene nada que ver con dicha percepción.
Solamente en el caso de que la densidad fuera mayor por un exceso de humedad o partículas en suspensión, se podría considerar que el aceite es de menor calidad, ya que incluye substancias no propias del aceite. Esto es lo que sucede en los denominados “aceites en rama” recién elaborados y todavía no filtrados, muy populares en las zonas productoras al inicio de la campaña de elaboración; a los consumidores les gusta porque los perciben como “con mayor cuerpo” o “más densos”, lo que se debe a la mayor presencia de impurezas en un aceite todavía no estabilizado.
APRECIA LA COMPLEJIDAD Y RIQUEZA DEL ACEITE DE OLIVA
Al considerar el aceite de oliva, uno debe mirar más allá del color dorado y el aroma encantador. Cada gota lleva en sí una historia, una tradición y una ciencia. La densidad es solo un capítulo de esa historia, aunque esencial. La próxima vez que derrames este "oro líquido" sobre tu plato, considera todo lo que hay detrás: la ciencia, la tradición, y, por supuesto, la densidad. Porque el aceite de oliva es más que un simple ingrediente; es una experiencia en sí misma.